(Entrevista publicada en el Correo del Caroní el 8 de enero de 1992)
El muchacho aquel de la calle Concordia con
Boyacá que se ganaba los primeros
premios de disfraces en tiempos de Carnaval, ahora se los gana todos también
con sus actuaciones en las tablas y es que el hijo del sombrerero nació y
creció para la transformación, para la metamorfosis, para el desdoblamiento,
rebelándose contra lo que un día de diciembre mal pudo suponer su madre.
Américo Fernández
Fotos: Armando Ney
Y si Gustavo Rodríguez se rebeló, se sublevó, lo hizo corno buen revolucionario, pero no para revelarse o
desvelarse como el Gabriel ni el Eloy de "La Revolución" de
Isaac Chocrón, sino como lo que por
compromiso y oficio ha sido desde que se frustró como estudiante de
sociología de la Universidad Central.
De todas maneras, no está él distante de la
ciencia que estudia la relación del hombre con los otros, vale
decir, la sociología, pues el Teatro que es
su ejercicio de oficio se halla inmerso
en muchos aspectos de la fenomenología social haciendo las veces de una
sociometría a través de la interpretación.
"La Revolución" que le ha valido al
consagrado actor bolivarense
Gustavo Rodríguez todos los premios teatrales, interpreta y mide un fenómeno de la sociedad
universal como es el- de la homosexualidad, extendida con una fuerza que ya en
ciudades populosas manifiesta, reclama derechos y hasta se
organiza electoralmente.
Esta pieza teatral del dramaturgo Chocrón que en Caracas estuvo seis meses en cartelera y se montó en
varias ciudades del país, entre ellas Ciudad Bolívar, abarrotando un
diciembre las o gradas
del anfiteatro de la Gobernación, plantea la disquisición de dos homosexuales, uno de ellos, el trasvesti
Gabriel (papel que hace Gustavo Rodríguez) venido a menos, en plena
decadencia, y su agente o representante Eloy
(papel que hace Armando Gota), que
comienzan a evocar nostálgicamente todo un pasado dejando ,entrever cierto síndrome de la sociedad actual y
avisorando un futuro absolutamente
asfixiante, dado sin posibilidad de salvación para el ser humano y que
lleva a Gabriel a proponer una alternativa aparentemente loca, pero que la
realiza con la mayor autenticidad.
Para Gustavo
Rodríguez, el día que lo abordamos, Revolución es una pieza sumamente bella.
-Simplemente porque es
una pieza para actores que no permite ningún tipo de manierismo ni de efectismo
teatral, sino que está cenada„ basada' fundamental y únicamente en
dos personajes.
Gustavo Rodríguez no
actuaba en Ciudad Bolívar desde 1974 cuando vino con el
"Nuevo Grupo" a una temporada que se inició en la
biblioteca Rómulo Gallegos, entonces dirigida por Lourdes Salazar
y que culminó en el Gimnasio Cubierto de Las Moreas. Fue cuando
se estrenó "La Máxima Felicidad" y se montaron obras de gran resonancia como
"El Testamento del Perro" y "Resistencia".
Pero con
Revolución" se dio la particularidad del regreso de Gustavo a su
ciudad natal como primera figura actora', ya consagrado con proyección internacional. Él
lo admite y lo reconoce subrayando que le debe su carrera a Ciudad Bolívar.
Por qué? -le preguntamos durante una conversación en el
lobby del Hotel Laja Real, un día después de su actuación,
-Pues mira, yo me crié
en esta ciudad, tengo el pulso del río, la bonhomía y perspicacia guayanesa que es tanta
como la del maracucho.
Cómo era la Ciudad Bolívar de entonces?
-La Ciudad Bolívar del
40 al 50 todavía era plácida, casi bucólica y la relación humana bastante estrecha.
Quiénes eran tus compañeros
de correrías?.
-Entre los de un grupo
muy nutrido y vigoroso recuerdo a Alberto Camacho, Tomás Gómez, Horacio
Villamonte, César Gil,- Ernesto Guevara.
Y por dónde viene tu
vena de actor?
-Por mi Padre José
Leandro Rodríguez. El era sombrerero de oficio, pero su vocación realmente era
la de actor y no perdía la oportunidad de las Trouppe o Compañías teatrales que pasaban por la ciudad para aceptar papeles eventuales. Pero hubo
un tiempo que no pasaban Compañías
sino Circos de malabaristas, equilibristas
y payasos y aceptó suplantar por emergencia a un equilibrista de la cuerda
floja con tan mala suerte que cayó y quedó inválido para siempre.
De allí
te vino entonces tu pasión por el teatro?
-De allí me vino un
poco esa pasión por el desdoblamiento que es el arte del
actor, además que en mi casa me la alimentaron desde pequeño, cuando me disfrazaban de
Napoleón, de Julio Cesar, de Gladiador, de
Mosquetero y con ellos me ganaba los primeros premios de disfraces infantiles en los Carnavales que eran realmente
muy hermosos.
Qué diferencias
observas entre la Ciudad Bolívar de ayer y la de hoy?
-En la de ayer había un movimiento cultural e
intelectual bastante acentuado, cosa que se ha perdido a causa
del
nuevo-rriquismo, el facilismo y el afán crematística. A la ciudad actual pareciera importarle más el poder económico, político social que otros valores entrañablemente humanísticos.
nuevo-rriquismo, el facilismo y el afán crematística. A la ciudad actual pareciera importarle más el poder económico, político social que otros valores entrañablemente humanísticos.
Dónde estudiaste?
-En el Seminario
primero y luego en el Peñalver hasta tercer año. El Bachillerato
lo terminé en el Liceo Aplicación de Caracas y luego
ingresé a la UCV para estudiar Sociología, estudios que interrumpí
ya muy avanzado para aceptar una
invitación del Instituto Internacional de Teatro.
invitación del Instituto Internacional de Teatro.
Cómo llegaste al Seminario?
-Era monaguillo de
Monseñor Bernal. Por esa
vía, estuve tres años en el Seminario Cristo Rey. No pude consolidarme como
sacerdote, pero me quedó el regusto por la
ceremonia. Yo era el Maestro de Ceremonia y quien disponía las misas
pontificales.
El Teatro tiene mucho de ceremonia?
-Es cierto. Eso lo aprendí durante mi gira
por Europa
invitado
por el Instituto Internacional de Teatro. En esa ocasión me empapé de las experiencias
teatrales de vanguardia más importantes de Europa y participé en seminarios con
connotados directores de teatros. En ese entonces viví intensamente el Mayo
parisino y la invasión de la URSS a Checoslovaquia que me alejó de la juventud
comunista.
Fue determinante esa gira en tu carrera de actor?
-Indudablemente. Fue en el
Instituto donde realmente aprendí y donde asumí en definitiva la
necesidad de expresión Al concluir la gira regresé directo a Ciudad Bolívar, un diciembre de 1968, para recibir el año con mi madre
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tomé
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plantearle mi
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decisión de no seguir
estudiando sociología, pues mi porvenir estaba en el teatro.
Qué dijo tu Madre?
-Mi madre María Luisa Orá de Rodríguez, muerta
al igual que mi padre y dos de mis siete hermanos, me respondió con esta frase
de antología: "Ay, Dios Mío, mi hijo se metió a marisco!"
Qué diría viéndote hacer ese
papel en "La Revolución?
-Figúrate. Estaría
rogando a Dios para que no me pegaran el Sida.
Por qué esa creencia tan
ligada al teatro?
-Habría que
preguntarse si la gente es marica porque` se mete a hacer teatro o si
hace teatro porque es marica. Yo creo en la segunda parte de la disyuntiva.
Para mí es válido que vean
al teatro como elemento propicio para su frivolidad porque aparentemente creen que se lo permiten. No creo que la actividad
misma del teatro conlleve a la homosexualidad.
al teatro como elemento propicio para su frivolidad porque aparentemente creen que se lo permiten. No creo que la actividad
misma del teatro conlleve a la homosexualidad.
Cuántos matrimonios y cuántos hijos?
-Tres matrimonios. Hijos tengo a María Fernanda,
la mayor, abogado, que tuve con mi primera esposa Lourdes Ramírez, pedagoga de Tucupita;
Alexandra que estudia teatro en Nueva York que tuve con la actriz Sonia Vera; Juliana Andrea, la
penúltima con Gabriela, hija de
Julián Pacheco, y de la cual estoy separado. Juliana Andrea ha hecho dos
películas conmigo y como hijo de mono no pela bejuco ésta va por el mismo
camino de sus padres.
En
cuántas obras teatrales has actuado y cuál de ellas te ha llenado más como actor?
-En unas 65 obras y
todas me han llenado de alguna manera incluyendo a las
consideradas un fracaso, porque de ellas he podido aprender mucho
más que de las exitosas. Debo destacar, sin embargo, que con
mi personaje en "La Revolución" me he ganado todos los premios.
Encuentras escollos en
tu carrera?
-Creo que la estulticia
de la gente. Así como el colectivo
te aplaude y reconoce, te menosprecia cuando se particulariza.
te aplaude y reconoce, te menosprecia cuando se particulariza.
Por qu1, crees que
pasa eso?
-Porque el actor
refleja al ser humano a través de sus propias frustraciones,
de sus propias complejidades emotivas, afectivas,
intelectuales, y eso lo obliga a rechazar al actor. El ser humano tiende a rechazar lo que no le
agrada, lo que le es incómodo. Eso es lo que
yo encuentro de estulticia en la gente y por eso no hay para el actor el reconocimiento
que se ve en otras latitudes.
Desde el punto de vista laboral también?
-Como elemento de
fuerza y de trabajo, el actor es
visto como
algo accidental y 'por ello es mal pagado e
irrespetado.
En el Teatro, en el
Cine, en la Televisión por igual?
-Sobremanera en la
industria de la Televisión donde las ganancias de los
empresarios son pingües y apenas el actor si participa del nevado.
Cómo ha sido tu trabajo en la Televisión?
-Estoy muy orgulloso de mi trabajo en la
Televisión y se me reconoce en mi
campo como factor importante de la nueva televisión venezolana. Yo
me inicié la Televisión con
"Peonia", la
primera novela venezolana, escrita por Manuel García Romero.
primera novela venezolana, escrita por Manuel García Romero.
Y en el Cine?
-Tengo cerca de veinte películas, unas muy
buenas y otras menos felices. Muchos
reconocimientos, enseñanzas pero nada de dinero porque el Cine no paga en Venezuela. Cuál ha sido tu
mejor película?
La que viene: Los
Platos del Diablo, basada en una novela de Eduardo Liendo. Se trata de un guión con pretensiones internacionales y donde hago
de productor y actor. .
Ahora eres Productor
también?
-Fundé una Productora
que ya tiene en su haber tres miniseries realizadas para el Canal 8 y está
en proyecto producir para el Canal 4 "El Dorado", un
trabajo televisivo ambientado en las Minas y en Ciudad Bolívar, pero que enfatiza en el
problema ecológico de Guayana y en el
contrabando de minerales, matizado, claro está, con hechos dramáticos y
de aventura.
Luciano
Pavarotti utiliza como talismán clavos doblados en los bolsillos que manosea antes de salir a
escena, te ocurre algo similar?
-Mi talismán son los
muertos. Yo converso con mis muertos.
Converso con mi madre,
mi padre y hermanos fallecidos. Como
decía Miguel Hernández a
propósito de la muerte de García Lorca: "Yo
soy de los que gozan con una muerte diaria". De manera que yo soy cabalístico, pero no fetichista. Por
ejemplo, uno en el
Teatro antes de salir a escena no dice, "suerte" sino "mierda".
Teatro antes de salir a escena no dice, "suerte" sino "mierda".
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