Reportaje de El Nacional 8 de mayo de 1968
El secreto en la raíz
Hombres y mujeres beben en Upata
El agua de Babandí para el amor
La planta crece silvestre a lo largo de la costa del Alto Caroní y del
Yuruari y abunda en el embalse de Copapuycito
Rómulo Gallegos hablaba ya en "Canaima-
del agua de la Piedra de Santa María al comparar sus efectos con los de la zapoara de Ciudad
Bolívar
Comprendido por cien mujeres y recordando a
sus 46 hijos, Sixto Betancourt a los 82 años recomienda el agua de babandi
Texto: Américo Fernández
Fotos: Víctor Bayola
Upata, 7.
(Enviados Especiales).
Upata, la de los antiguos carreros del Yuruari, también, como la pintoresca aldea de Bosnia, tiene su fuente de juventud eterna. Desde hace poco más de una centuria que han abrevado aquí en su sed de amor miles de hombres y mujeres a quienes la naturaleza tornó frígidos o ancianos.
El secreto está en una planta de tallo delgado y muy largo que corre por los suelos húmedos
o se arrolla a otros vegetales y cuyas raíces, según los nativos, tienen
propiedades afrodisíacas. Esta planta es
conocida aquí con el nombre de babandi o "boibandee", como le
decían los negros antillanos de Martinica
que a fines del siglo diecinueve se internaron
en la región del Yuruari en busca del
codiciado dorado.
El babandí abunda silvestre a todo lo largo de la costa del
Alto Caroni y del rio Yuruari, pero hay que ser experto para distinguirlo de los otros bejucos de la vegetación selvática. Muchos
upatenses no conocen realmente la planta, si acaso las raíces que les ha tocado usar algunas veces. En el embalse de Copapuycito, en la laguna del cerro La Carata y en las montañas de la Piedra de Santa Maria existen ocultos viveros de babandi que
sólo unos pocos agricultores upatenses saben distinguir y extraer del suelo para luego vender por encargo a veinte bolívares el kilogramo de raíces.
Upata ha tenido siempre fama del pueblo más alegre de todo el Yuruari, acaso por sus mujeres bonitas y por las jaranas y jolgorios que armaban acá los forasteros cuando se dirigían a las montañas purgüeras y a las quebradas del oro del Cuyuni.
Rómulo Gallegos, en su
novela "Canaima" pone en
boca de uno de sus personajes —Manuel Ladera— un comentario
que habla de la famosa agua de la Piedra
de Santa Maria: "Pues ya usted verá si
será agradable la fiesta. Aquellos
montes azules son los de Nuria y ese
farallón es la famosa Piedra de Santa Maria. de donde brota un agua que viene a
representar aqui lo que la cabeza de
zapoara representa en Ciudad Bolívar:
cebo para atrapar forasteros. Ya lo llevaran allá. las muchachas para bautizarlo con el agua que mana de ese
peñón, a fin de que
se case con una upatense y eche raices aquí. O cargue con ella para donde
prefiera, que es lo que a ellas le interesa.
“Porque Upata, que del tránsito
vivía, también el amor tenía que poner sus esperanzas en el paso de los
forasteros”.
Upata no solamente es pintoresca
y atractiva por su clima, su valle apacible, su luna, mujeres y colinas,
si no también por el agradable y reconfortante sabor del agua que brota de la
Piedras de Santa María de Carata y del embalse de Copapuycito. De este embalse
depende actualmente el consumo total de agua de la población, no obstante que
existe una tubería de acero para llevar el agua desde la Planta de Tratamiento
de San Félix, es la opción de muchos nativos de que cuando la Planta de bombeo
comience a funcionar la gente, no dejara de ir a la a Copapuycito que quedas
apenas un kilómetro, para llenar su garrafón.
Esto no es un secreto descubierto ahora. Cuando el cable trajo la
noticia de que en Yugoslavia había un agua que “salvaba matrimonios”, la gente
de Upata sonreía socarronamente, lo
curioso es que si se le pregunta a algún personaje de Upata que si conoce o ha
probado el babandi, responde inmediatamente
que no; pero si se entra a familiarizarse en la conversación, acabara
admitiendo que alguna vez probó el producto por mera curiosidad, la lógica termina
demostrando que de la curiosidad se pasó al habito.
Esto es más o menos lo que
nos conversó Carlos Cesar Castro Gruber, un Upatense de 76 años, admirador de
Piar y entregado por entero a su vocación de agrimensor. Como buen Upatense,
conoce las propiedades terapéuticas del babandi, y nos recomienda leer
“Geografía Médica del Yuruary", un libro de Eduardo Oxford López. Donde se
habla de la planta.
Según Castro Gruber, los
martiniqueños fueron los primeros en dar a conocer el valor de la raíz del
babandi, que más luego industrializo, hasta hacerse de buena fortuna el
farmacéutico Antonio Lecuna Bejarano. El farmacéutico Valenciano supo atraves
del análisis, de las propiedades afrodisiacas del babandi y obtuvo preparación
que ofrecía en su farmacia y le hacía publicidad a través de la prensa de
Ciudad Bolívar. Recordó que un
científico Italiano escribió hace años pidiendo raíces de la planta para un
análisis.
OCTAGENARIO
CON MAS DE 100 MUJERES Y 46 HIJOS RECOMIENDA EL BABANDI
Sixto Betancourt, un andino de 82 años recaló por estas tierras de Upata cuando solo
era un recluta lampiño, sirviendo en el ejercito de Castro, elogia la raíz del
babandi, cuando cuenta que ha tenido aventuras duraderas con más de cien
mujeres, de las cuales ha tenido 46 hijos. De estos 46 hijos han muerto 21 y
sobreviven 25. Lo que expresa sin parpadear y con una amplia sonrisa.
Actualmente Sixto vive con
una albina de 26 años que lo cuida y según sus palabras “se siente de el muy
agradecida”. Conoce los secretos del babandi y mostrándonos una botella, nos
relata cómo se prepara.
El “Leon de Guacarapo”, el “Negro” Lucio Valdes y Ramon Ilagarra son los
proveedores del producto sexy de Upata. A ellos se les hace fácil llegar a los
viveros y extraer las raíces que luego venden en haces de un kilo.
Ramón
Ilagarra es un
campesino que expende la misteriosa
yerba directamente y por encargo. Muchos
se valen de conocidos del lugar para reclamar el babandi por carta, y es que el
babandi o la raíz del babandi curtida en ron o en agua común no es desconocida,
goza de tanta fama de afrodisiaco como la Yumnehoa o yohimbina, el Giseng que
se importa de la China, la Damiana, etc.
José Díaz vicepresidente del consejo municipal de Upata, quien nos ayudó por montes y caminos buscando la fuente de la juventud. No se cansa de elogiar las bondades
de la yerba y nos recomienda entrevistar al Doctor Luis
Jiménez Segura, quien reconoce que
la planta del babandi ha sido en cierto modo atracción turística y fuente de
ingresos para Upata. Él nos confiesa muy
cierto que jamás ha tenido contacto con la planta, porque “estoy convencido de
que el mejor afrodisiaco es una buena salud y una compañía solicita ”.
-De todas maneras- termino diciendo el concejal- ojala que esto que ha
salido a la luz pública convierta a Upata en una especie de Kladanj, donde los
hoteles no tienen cupo.
El doctor Gervado Vera Custodio opina que las pro‑
piedades afrodisíacas del babandi no están científica‑
mente comprobadas.
piedades afrodisíacas del babandi no están científica‑
mente comprobadas.
Mi abuelo paterno Dr. Lecuna Bejarano logró descubrir el AGUA DE BABANDI....y en Upata ya nadie lo recuerda nio lo nombra. El desagradecimiento es bestial....con permiso...!
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