sábado, 17 de diciembre de 2016

La Mujer y sus accesorios


Trabajo de Américo Fernández para la edición aniversaria del                      vespertino La Tarde, dirigido por Chemelito

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La indumentaria o vesti­do de la mujer suele combi­nar con una serie de accesorios, muchos de los cuales han desaparecido mientras otros más novedosos han surgido en la diná­mica constante de la moda.
Tres de estos accesorios importantes que aún persisten en unos lugares más que en otros, son el bolso de mano o cartera, la sombri­lla y el abanico.
De todas maneras el uso de estos tres últimos admi­nículos se ha venido debili­tando en el tiempo, espe­cialmente el abanico por­que a pesar de los arrebatos; el bolso persiste y es una necesidad al igual que la sombrilla para proteger­ del sol y su derivado el paraguas para la estación lluviosa,
El llamado bolso de ma­no es casi siempre inseparable de la mujer y los hay de las formas y modelos más variados y de calidades a veces tan altas que resul­tan inalcanzables para el común de las mujeres.
Pero el bolso es más que un lujo una necesidad que exonera a la mujer del engorro que sufre el hom­bre repartiéndose en , los bolsillos del pantalón, de la camisa y del paltó o la chaqueta, el llavero, la billetera, la cédula, el car­net de empleado, las tarje­tas de presentación, la ciga rrera. En cambio que con el bolso de mano, la dama tiene un depósito común para todos esos objetos incluyendo los propios del neceser como el compacto, el delineador, el lápiz labial y el de cejas, el rubor o colorete, la sombra para los ojos, la colonia, cepillo, esmalte, el espejo, el pañuelo, los preservativos y los tampones para cualquier emergencia que, por su­puesto, nada tenga que ver con el verano o el invierno porque para eso existe la sombrilla y su descendien­te el paraguas.
Porque primero que el paraguas o umbrella, como lo llaman los ingleses, fue la sombrilla, privilegio de las damas que tienen su origen en encumbradas ci­vilizaciones antiguas, entre ellas, la egipcia y babilóni­ca, pero de gran uso siem­pre en los cálidos países del Oriente.
En la India se le conside­ró por mucho tiempo un símbolo real y se honraba a los nobles con el título de "Señor de la sombrilla".
Su desplazamiento a Occidente fue inminente, pero con el tiempo ha venido cayendo en desuso, despla­zado, en todo caso, por el paraguas, más usado en tiempos lluviosos.
Italia y Francia fueron los países introductores del paraguas, aunque antes de lograrse su aceptación general, sirvió para burlar a quienes lo utilizaban y mu­cho más cuando alguien en París quiso convertirlo en pararrayos portátil.
Hoy el paraguas no es el mismo pesado y fúnebre de' antes. El de la época con­temporánea es más liviano y ornamentado con vistosas telas. Es una mezcla de paraguas y sombrilla y, por lo tanto, sirve para guardarse de los rayos solares y de la lluvia.
Las sombrillas de hace dos mil años estaban con­feccionadas de forma tal que cumplían la función dual de protegerse del sol y convertirse en abanico pa­ra agitar el aire cuando el calor era insoportable. Después no fue necesario diseñarlas para esa noble fun­ción porque se inventó el clásico abanico, del cual se conocen valiosas colecciones en el mundo.
El abanico es así como un ventilador portátil, pero muy gracioso, artístico y femenino, tanto que fue utilizado en las cortes rea­les de otros tiempos. A los faraones egipcios se les refrescaba con un abanico de plumas provisto de un largo mango porque así eran los abanicos de los  primeros tiempos, rígidos y operados por una segun­da persona, generalmente el sirviente o el esclavo. Tiempo luego los japoneses inventaron el abanico plegable para uso unipersonal que se popularizó universalmente. Se comenzaron en­tonces a diseñar abanicos para ocasiones especiales, bien para bodas, sepelios o simplemente para las esta­ciones. Se fabricaban aba­nicos de madera muy fina y liviana, perfumados como el sándalo, de seda, plumas y con varillas de marfil o nácar.
Como era una prenda característica de la reale­za, la Revolución Francesa terminó o debilitó su uso, pero quien le dio un golpecasi mortal fue el ventila­dor y el aire acondicionado. Ahora el abanico no es una necesidad sino un lujo, un accesorio para lucir o mo­near, pero llamativo siem­pre. Las españolas lo saben lucir muy bien y se dice que la Reina Isabel II tenía uno con varillas de oro adorna­das con piedras preciosas.
En Venezuela, en el siglo pasado y hasta los prime­ros del presente, el abanico era frecuente en los -galones y hasta se inventó un len­guaje para que las damas pudieran trasmitir mensajes de amor a sus pretendi­dos. Asimismo el abanico les servía para resaltar algún detalle de su cuerpo o de su vestido como también para curiosear y murmu­rar muy de cerca con su vecino.

viernes, 21 de octubre de 2016

Arturo Sosa, hoy Papa Negro, visitó Ciudad Bolívar en 1987

Fue entrevistado por Américo Fernández el 26-04-1987,   He aquí la entrevista publicada en diario El Expreso:


El sacerdote jesuita Arturo Sosa:
La inflación acaba
con la calidad de vida
de los venezolanos
+Estamos en el umbral de una mayor pobreza colectiva con lo cual puede sobrevenir una peligrosa explosión social.
+Ya el Estado no es expresión de todos los consensos sino de todos los conflictos del país.
+La diferencia ideológica es la que hace fuerte el pacto AD-Copei.

Doctor Arturo Sosa hijo, director de la revista SIC y del Centro Gumilla.
Venezuela en los próximos años se verá sometida a un proceso tremendo de inflación que deteriorará mas la calidad de vida de sus habitantes, cree el sacerdote Jesusita Arturo Sosa, director de la revista SIC y profesor de la UCV, de la Universidad Católica y del Instituto Superior de las Fuerzas Armadas Venezolanas. Sosa es también director del Centro Gumilla, Institución creada para el estudio de la realidad venezolana. Con él sostuvimos esta entrevista en la casa de familia de Leonel Jiménez Carupe, una hora antes de cerrar un ciclo de conferen­cias sobre actualidad y perspectiva económica de Venezuela, organizado por la directiva del Colegio de Abogados que preside la doctora Trina Navarréte de Ron.
Pues bien, la actualidad económica la conoce­mos, es mas la vivimos, pero ¿cuál cree el doctor Arturo Sosa que sean las perspectivas? El nos aclara que las perspectivas económicas tienen que ver con las perspectivas políticas y que si somos honestos en Venezuela no hay muchas posibilidades de cambio en las relacio­nes de Poder, en virtud de lo cual en los próximos años Venezuela, como hemos dicho al comienzo, se verá sometida a ese proceso tremendo de inflación que deteriorará mas la calidad de vida del venezolano que es, dicho sea, como el chivo expiatorio de toda la crisis.
Y eso ¿qué significa? -preguntamos.
'Significará mayor pobreza colectiva, con lo cual puede sobrevenir una peligrosa explosión social. Sosa, a quien se le puede aplicar aquello de que `el hábito no hace el monje" porque viste como in civil común y corriente y hasta se deja crecer los bigotes, hace un poco de historia para darnos a entender que los orígenes de la difícil situación venezolana no hay que buscarlos en el actual gobierno ni en el anterior sino muy atrás, tal vez por la década del 30 cuando todas las fuerzas Políticas convergieron en la necesidad de mo­dernizar la industria utilizando la palanca. del petróleo.
Esta política-expresa-se ve fuertemente mar­eada por la acción del Estado en razón de que es 'éste el que administra las rentas petroleras que posibilita la industrialización capitalista de Venezuela.
El Estado venezolano entonces podía expresar el consenso nacional frente al exterior por cuanto era el defensor de la riqueza de los venezolanos frente a unas compañías extranje­ras que la explotaban. De manera que cuando el Estado aumentaba los impuestos a las transna­cionales todo el mundo estaba de acuerdo, había consenso nacional aún cuando existiesen diver­gencias en cuanto a la forma de distribuir las rentas. Asi que cuando ocurrió la nacionaliza­ción del petróleo, el Estado dejó de ser expresión de ese consenso hacia -el exterior porque el Estado pasó a ser simultáneamente productor y distribuidor de las rentas, luego ya no hubo consenso en sí mismo y esto, afortunadamente para el Estado vino a coincidir con una época en que sube mucho la renta petrolera con lo cual las contradicciones se salvan; pero desde hace tres años las rentas petroleras se vienen abajo y entonces ya el Estado no es expresión de todos los consensos sino de todos los conflictos del país. -¿Podríamos decir que el punto crucial es económico?
-Yo diría que para mi el punto es político pues si hubiera un sujeto distinto de las decisiones políticas, pudiera haber un cambio en política económica, vale decir, si consciente o incons­cientemente la política económica no estuviese manejada por representantes del sector externo.
-¿Es el Ministro de Hacienda un representante del sector externo?
-Desde que Venezuela tiene deuda externa los Ministros de Hacienda, como hecho curioso, son banqueros y lo primero que piensa un banquero es pagar y después ver si nos alcanza para comer. En cambio, un deudo que no es banquero pues prefiere retrasar el pago de la deuda lo más posible sin reducir su negocio o calidad de vida en el caso de un país.
-¿Pero se podría presionar para que la política económica fuese en otra dirección?
-Hasta ahora los sujetos políticos en Venezuela han sido AD y Copei dentro de una sociedad débil, muy poco constituida como sociedad civil, donde no hay fuerzas que traten de presionar la política económica en otra dirección.
Si, por ejemplo, aquí hubiera un sector industrial realmente consistente, que pueda crecer y que estuvieran dadas las condiciones para que ahora se diera un proceso de sustitución de importa­ciones, si este sector fuera importante política­mente, hubiera logrado que esa parte de las divisas que se van para la deuda externa se la dedicará el Estado a la inversión en Venezuela, hubo cambiado completamente el panorama de la vida en Venezuela. Se hubieran creado empleos. Solamente la creación de empleos significa una repartición del ingreso y un aumento de la demanda que a su vez crea incentivos para la producción.
-¿Se está dando o repitiendo aquí lo ocurrido y en otro país?
-El caso venezolano es muy especial porque su modelo de desarrollo ha estado basado en el ingreso petrolero, cosa que no ha sucedido en ninguno de los otros países. Entonces esa característica hace que el crecimiento fuera muy rápido, en un sentido desproporcionado a lo invertido en trabajo y en industria y que también el decrecimiento sea como violento. Además tiene su particularidad política. En América Latina no hay otro país donde se de un sistema político como el nuestro. Venezuela tiene - un proceso que si bien desde el punto de vista de indicadores externos se asemeja a otros países, tiene una historia peculiar, es decir, que no es una metida de pata de ahorita sino que hay todo un encadenamiento que nos ha llevado a esta situación.
-¿Ve diferencias entre AD y Copei o son la misma cosa?
-Por parte de los dos partidos ha habido una gran continuidad en la misma política. Algo al respecto muy importante de recordar es que la política democrática venezolana surge de un pacto y se mantiene por un pacto entre los partidos. El Pacto de Punto Fijo significa un programa común de gobierno, es decir, ganará, quien ganara el programa iba a ser el mismo. Si los partidos llegaron en el 58 a tener esa unidad de intereses y de políticas económica y social, pues con matices, eso se ha mantenido durante todo el tiempo.
El que esta se da por el sistema de alianza entre los dos partidos. Entonces, mientras no se cambie eso no se cambia nada tampoco. -Entonces ¿esa alianza se da a pesar de las diferentes ideológicas?
-Claro. Eso es mucho mas fuerte que las diferentes ideológicas. Yo llegaría a decir que la diferencia ideológica es la que hace fuerte el pacto porque el hecho de que hayan dos partidos con diferencias ideológicas aparentemente grandes es lo que permite que la unidad tenga consenso social, porque entonces la gente que no tenga conciencia suficiente para ver eso cree que votando por AD castiga a Copei o votando por Copei castiga a AD y en fin de cuentas lo que hace es apoyar La alianza. O sea, el voto AD c Copei desde el punto de la estructura política es igual, más aún, la alternancia de los dos partidos fortalece el conjunto de la alianza.
-¿Podrías explicarlo mejor?
-Me explico, el que haya posibles alternativas dentro de un marco unitario de política económica global, hace que el sistema sea fuerte, que en la debilidad, por ejemplo, del sistema mexicano que la existencia de un partido único hace que todos los errores del 'partido único sean los errores del sistema política. En cambio, en Venezuela hay una diferencia entre el sistema democrático y los errores de los partidos, lo que significa que yo puedo' echarle la culpa al gobierno de CAP o al de Luis Herrera, pero no al sistema democrático, y sin embargo, las dos cosas son lo mismo.
-¿Tú crees que seguirá vigente la llamada "Ley del Péndulo"?
-Bueno, hay muchas posibilidades. Yo no lo descarto.
Creo que todo depende de los procesos internos de AD y Copei donde se libran luchas encarniza­das. Si Copei llegara a un acuerdo sobre la candidatura presidencial sin traumas internos, puede ganarle las elecciones a AD porque Acción Democrática va a tener que lidiar con el gobierno y el deterioro de la popularidad a causa de la crisis económica y política. Ahora, si Copei llega a una lucha debilitado no va a ganar las elecciones y lo mismo puede decirse de AD. -¿No crees que ganar depende también del candidato?
-Por supuesto, si AD llega a un acuerdo más o menos pronto y presenta a CAP, tiene chance de repetir.
-¿Por qué no Lepage?
-Porque CAP tiene mas ventaja que Lepage por tener una imagen que viene fuera del gobierno y no del gobierno y porque puede jugar un poco a su imagen anterior, a la nueva Venezuela o a la audacia que tiene como personaje político.
-En Copei ¿crees que Caldera dará paso a Fernández?
-Debería darle paso porque ya Caldera tiene su puesto asegurado en el sistema democrático venezolano. Su contribución está hecha y no creo que vaya a ser mejor por que repita. Yo creo en este momento que la experiencia de Caldera, interna y externamente le es útil a cualquier gobierno sea de AD o Copei y al país en general, pero para eso tiene que salirse un poco de la pelea cotidiana. Creo que le haría mucho bien al pais que Caldera no peleara esa candidatura. Como proceso histórico de la organización, yo vería que sería muy bueno que fuera Eduardo Fernández el candidato.
-Desde fuera ¿qué visión tienes tú del desarrollo de Guayana?
La visión que uno tiene desde fuera es que hay una desproporción tremenda entre el esfuerzo económico y el esfuerzo social. Lo que ha podido ser un modelo de desarrollo armonizado, inte­gral, ha sido un proceso evidentemente injusto. Yo he estado varias veces en San Félix y es desproporcional la vida entre San Félix y Puerto Ordaz. Creo que Guayana se ha convertido en un ejemplo de lo que no debe ser.
-Sin embargo, sus planificadores la concibieron como ciudad soñada.
-Si ese es el sueño, mejor es despertarse rápido. 
-¿Ha continuado creciendo la Teología de la Liberación?
-Yo creo que en América Latina ha habido un crecimiento importante en esa corriente. Hoy en día hay muchísimos miles de cristianos, de religiosos, de sacerdotes e incluso de obispos más comprometidos con las situaciones del pueblo.
Esto nos ha lleva do a que la Iglesia plantee cosas distintas a las que planteaba en el pasado. 
-¿Por qué las agencias internacionales ya no hablan como antes de la Teología de la Liberación?
-Porque se les cambió de bando el Papa.

viernes, 19 de agosto de 2016

Laureano Márquez imitó a Ramos Allup y esta fue su reacción

PUENTE SOBRE EL CUYUNÍ

El viejo puente que cruza el Cuyuní, en la vía hacía la Gran Sabana, es indudablemente importante y atractiva obra de ingeniería que la prestigiosa revista “Estilo” atribuye a Alejandro Gustavo Eiffel, pero ¿lo es ciertamente?

-Américo Fernández-

         El puente sobre el Cuyuní tiene una historia interesante, y seguro que pocos guayaneses conocen la importancia de esa obra de la industria europea llegada a Venezuela en tiempos de la dictadura gomecista para vadear el río Guárico por El Sombrero, allá en los límites con Aragua, pero resultó tan angosto para el intenso y pesado trafico vehicular de la región que el Ministro de Obras Públicas del General Marcos Pérez Jiménez decidió suplantarlo por otro de estructura plana, y a pasar el colgante para el Cuyuní, un río guayanés que nace en la Sierra de Lema, se une con el Yuruari delante de El Dorado y va a tener a la antigua Guayana Británica a través del Venamo.
         El nuevo puente sobre el Guárico fue construido en 1956, unos 700 metros aproximadamente del puente colgante primitivo por su lado sur, para enlazar la carretera con una vía perimetral, vale decir, alejada del centro de la población de El Sombrero dentro del marco de la política de vialidad del llamado Nuevo Ideal Nacional.
         ¿Por qué no se dejó el puente primitivo?  Porque es muy angosto y se requería otro con capacidad para el tránsito pesado.  Por eso se construyó un puente plano, estructura de hierro, pero sin los atractivos del anterior que ese mismo año de 1956 fue reubicado en la región selvática de Guayana para facilitar entonces la iniciación del proyecto de construcción de la carretera El Dorado a Santa Elena de Uairén, cuyo  contrato había suscrito el Gobierno Nacional con el ingeniero Luis Entrena en 1953.  El puente colgante sobre el Cuyuní es el primero de su tipo montado en Guayana, al que le siguió el Puente Angostura sobre el Orinoco, construido decenios después por la United States Steel International, entre Punta Chacón y Playa Blanca.  Viéndolo bien, es una obra de arte que a juzgar  por un artículo publicado el 19 de febrero  de 1955 en la página de Arquitectura del “Diario de Caracas” y un reportaje de Hannia Gómez en la edición 16 de la revista “Estilo”, diseñada por Alejandro Gustavo Eiffel, creador de la famosa Torre Eiffel, de 300 metros de altura  y 1710 peldaños, levantada en el Campo de Marte y que es orgullo de París desde su inauguración con motivo de la Exposición Internacional de 1889.
Alejandro Gustavo Eiffel nació en Dijon en 1831 y falleció en 1923.  Ingeniero graduado en la Escuela de Arte y Oficios de París, fue el primero en aplicar los procedimientos de aire comprimido al fundamento de los pilares de muchos puentes de grandes ciudades europeas.  Suyo es también el marco de hierro para la Estatua de la Libertad, de Bartholdi, en el puerto de Nueva York.  Su fama es proverbial y el que se diga que en Venezuela, específicamente en Guayana, existe un puente de hierro diseñado por Eiffel, colma de expectación a quienes hasta ahora lo han ignorado y esperan el esclarecimiento cabal de la noticia.  Dice Hannia Gómez en su reportaje publicado en la revista “Estilo” que a la media noche sonó en su teléfono la voz de un desconocido que sin más preámbulos le afirmó que “El Puente es de Eiffel”.
El hombre le decía estar sentado frente a la pantalla de su computador, y que en ella tenía los planos del proyecto del puente.  Le decía “que podía apreciar  con detalle sobre todo, los montajes verticales... el problema de los esfuerzos, la tensión de los cables... había incluso fotografías que le habían llegado por el Internet a su e-mail, desde Francia.
¿Cómo era posible que los franceses supiesen de la existencia del pequeño puente sobre el Cuyuní, y tuviesen archivada la documentación gráfica completa en una central electrónica de información de monumentos históricos... cuando aquí todo no salía del terreno de lo legendario?  Y no sólo eso, respondió  pomposamente la voz.  La Embajada de Francia incluso ya ha reclamado oficialmente el puente a Venezuela, porque debe regresar, como toda obra de arte de todo maestro francés, a la nación francesa.  Tengo noticias de que incluso, ya lo están reclamando en este  momento para llevárselo, como pasó una vez con el Puente del Guanábano, que actualmente se encuentra restaurado e impecable, luego de años tirado en el Guaire, funcionando como la atracción máxima en un parque del Canadá.
Puentes robados a la patria, Puentes desmantelados bajo nuestras propias narices, ante la indiferencia nacional.  Parecían una aciaga segunda parte de la película “El Robo” de la Torre Eiffel”.  Pero, ¿Cómo se habían enterado en Francia?
Unos ingenieros de una compañía alemana que estaban construyendo el nuevo puente sobre el mismo río, se acercaron hace pocos meses con curiosidad profesional hasta el puente colgante en desuso.  Ellos dieron con la placa, y pasaron la información... y como aquí nadie lo quiere, ni se han interesado por restaurarlo...
¡Entonces era verdad!  Había que hacer algo, volar al Estado Bolívar, convocar a una rueda de prensa, alertar al Canciller, al Presidente.  Pero, primero, se necesita una prueba, tener una imagen del puente y de la placa reveladora.  La voz explicó:  lo siento, no puedo imprimir ni enviarle por fax la documentación, reconocerían en la oficina de Francia que he sido yo quien pasó la información, sería desastroso para mi reputación internacional, perdería crédito y confianza.  Es como con la fuga de obras de arte, los Picasso, los Matisse, escapando entre los países.  Esta es una obra de arte de Eiffel, entienda usted, es lo mismo, ellos la quieren, nosotros la tenemos... todo debe ser confidencial.
¿Qué quería este hombre a cambio? ¿Para qué había llamado?  Soy restaurador de obras de hierro, y si el puente se queda en Venezuela, me necesitarán.  Si se va, en cambio... Unámonos para no permitir la fuga de esta pieza monumental.
La conversación terminó.  “Nunca tuve una foto del puente, ni supe más del hombre”.  Hasta aquí la conversación (real o fábula) que sostuvo Hannia Gómez con la voz desconocida.  En El Sombrero dicen y redicen y así lo confirma a pie juntillas su cronista oficial Manuel Manrique, que el puente colgante fue inaugurado el 6 de mayo de 1930 y permaneció sobre el río Guárico hasta 1956 que el entonces Presidente de Venezuela, General Marcos Pérez Jiménez, ordenó reubicarlo en El Dorado.  Era Ministro de Comunicaciones entonces, el general Luis Felipe Llovera Páez, nativo de Ciudad Bolívar.
         Los habitantes de El Sombrero hicieron lo posible para que el puente colgante permaneciera en su lugar, no obstante, la construcción de uno nuevo.  Alegaban que bien hubiera podido quedar para el tránsito local  y de vehículos livianos, pero en contraposición se arguyó su poco tiempo de vida útil.
         Según Manrique, con quien hicimos contacto telefónico, el puente colgante fue construido en Alemania y trasladado a Venezuela para cruzarlo sobre el río Guárico a objeto de darle continuidad  a la carretera de los Llanos centrales y occidentales llevada adelante por el gobierno de Juan Vicente Gómez dentro del plan de construcción de carreteras iniciado en 1911.
         Correspondió al ingeniero Rafael Ruiz dirigir los trabajos puesto que es un puente prefabricado así como el montaje, operación que realizó junto con el maestro de obra, John Brawn, de origen trinitario.
Las características de este puente colgante traído de Alemania están descritas en las Memorias de obras Públicas de 1929.  En detalle, se trata de una obra de estructura rígida con rótulos en las bases de las torres y luz entre la mampostería  de los estribos.  La luz entre las torres es de 120 metros y 5.15 metros las distancias transversales entre las torres; 2 aceras de un metro de ancho cada una y 6 metros la anchura total útil del puente.  Posee una resistencia calculada para el paso de 2 filas de camiones de 6 toneladas o bien una aplanadora de 19 toneladas.  La medida entre los ejes de las torres es de 120 metros y los anclajes, ambos de 13 metros, están situados a 44 metros de los ejes de las torres en cada margen.  De extremo a extremo el puente tiene una longitud de 213 metros.  Si nos atenemos a una crónica sobre la ingeniería venezolana de la arquitecta Leszek Zawisza (Revista 343 CIV 1987), el puente colgante sobre el Guárico  fue diseñado, no por Eiffel, sino por el ingeniero venezolano Luis Velez, quien también diseñó el puente Libertador sobre el río Torbes, igualmente colgante.
Luis Velez fue inspector y Ministro de Obras Públicas del gobierno gomecista durante los períodos 1915-1922 y 1933-1935.  Miembro fundador y Presidente de la Academia de Ciencias, Físicas, Matemáticas y Naturales y autor de  la “Cartilla para el Cálculo de Puentes Colgantes”.
Si como dice la arquitecta Zawisza, Luis Velez diseño el puente colgante sobre el río Guárico, es posible entonces, que su construcción, puesto que estaba diseñado con torres de acero, haya sido contratada a una empresa alemana.  Entonces, ¿Cómo se llamaba esa empresa? ¿Acaso “Eifel” (con una sola f) como la meseta de 740 metros ubicada en la región alemana de Remania? Si es así, la confusión con el “Eiffel” francés pudiera venir por allí.
Para la época de Gómez se diseñaron y construyeron puentes colgantes, pero con torres de concreto, como el de Boconó, y de madera como el de Acarigua.  Las veces que se acometieron puentes con torres de hierro, había que importarlas.  El primer puente colgante con torres de madera fue construido en Venezuela por el ingeniero Alberto Lutowski, en la carretera Valencia – Puerto Cabello, en 1844.  Este ingeniero, de origen polaco, murió en Ciudad Bolívar el 16 de febrero de 1871 cuando construía el edificio destinado hoy a Centro de las Artes.
Esta es una posibilidad que nadie hasta ahora  la ha presentado y que toma fuerza cundo vemos, como lo afirma el cronista de El Sombrero, que el puente fue traído de Alemania y no de Francia.  Asimismo, cuando cotejamos el año de la muerte de Alejandro Gustavo Eiffel, ocurrida en 1923, y el montaje del puente en Venezuela en 1930.  No quiere decir, sin embargo, que el ingeniero Luis Velez no haya seguido la escuela de Eiffel en cuanto a tipología.
De todas maneras, sea o no de Eiffel, el puente colgante sobre el Cuyuní tiene un gran valor desde el punto de vista histórico y artístico, máxime si fue diseñado por un ingeniero venezolano, y  por lo tanto, merece ser restaurado y rescatado, si es posible, para ser utilizado y exhibido como atracción turística en la Gran Sabana, algo parecido a lo que se hizo con el puente caraqueño del Guanábano o “Puente de los suicidas” construido en 1884 en el cauce del Catuche y que ahora, por generosidad o negligencia nuestra, exhibe Canadá como señuelo turístico.