viernes, 15 de abril de 2022

ANTONIO LAURO

ANTONIO LAURO:: “Me puedo morir, porque he visto la octava maravilla del mundo” Dijo Antonio Lauro la última vez que estuvo en Ciudad Bolívar luego de conocer Canaima ***Me voy dejando mi nombre que es el producto de un esfuerzo continuo, sincero y hermoso. *===Si hay algún mensaje en mi música no es otro que el estético traducido en ritmo, equilibrio y espíritu.==== El 24 de julio de 1983, lecha centenaria, en la que el gobernador Alcides Sánchez Negrón le impuso la Orden Congreso de Angostura, Antonio Lauro volvió a la ciudad natal para reunirse privadamente con sus amgos,alejado del protocolo oficial de las condecoraciones. Acaso era ya la despedida, entonces ofreció una serenata a la madre del poeta Luis García Morales y al siguiente día Salomón Martínez alquiló una avioneta y lo llevó a Canaima: “Puedo ya morir porque he visto la octava maravilla del mundo", la Laguna de Canaima, los tepuyes, el Churunmerú, en fin, la Gran Sabana lo dejó hondamente impresionado. Un año antes, en julio de 1977, cuando cumplió 60 años de edad, la Municipalidad lo declaró “Hijo Ilustre de la Ciudad” y el Colegio de Abogados le rindió un caluroso homenaje. En tal ocasión tuvimos la oportunidad de hablar con él. Vino acompañado de su hija Natalia a quien exterioriza todo su amor en la cadencia de un vals homólogo que le ha dado la vuelta al mundo en las manos virtuosas de Segovia, Alirio Díaz y otros consagrados como Soto que ha proyectado en grande el nombre de Guayana y Venezuela) con su arte visual en movimiento, Alejandro Otero con sus torres vibrantes y Antonio Lauro con su guitarra. Él nació aquí, al lado del gran rio, en tiempo del General gomecista Marcelino Torres Garcia, aun cuando la ciudad lloraba la muerte de su obispo Antonio María Durán acaecida 19 días antes, vino al mundo Antonio Lauro (3 de agosto de l917) en cada diagonal con la Plaza Bolívar, contigua a la Gobernación. Allí vivió hasta la edad de nueve años cuando murió su padre que era barbero y músico de origen italiano. Con su madre viuda viajó a Caracas en busca de nuevos horizontes por los caminos de la música. Su gran maestro de la guitarra fue Raúl Borges, pero ya antes había estudiado música y aprendido otros instrumentos con Vicente Emilio Sojo, Salvador Llamosas y Juan Bautista Plaza. Contemporáneo con Antonio Esteves, Ángel Sauce y Evenció Castellanos, Lauro destacó como concertista de la guitarra. Fue el primer venezolano en utilizar este instrumento para interpretar composiciones de Haendel, Bach y Albaniz. La última vez que estuvo en esta ciudad tocó para un grupo de amigos los valses Natacha, Andreina, Tatania, Momoti y María Luisa. Este último vals dedicado a su mujer María Luisa Contreras con quien tuvo a Leonardo, Natalia y Luis Augusto. Cada uno tiene más de una obra dedicada por él. En esa ocasión le preguntamos: -¿Por qué su mejor vals es Natacha? -No creo que el vals Natacha sea mejor, todos mis composiciones son hechas con la misma pasión. Lo que ocurre con el vals Natacha es que ha sido más popularizado y, por consiguiente, ha tenido más oportunidad de ser interpretado con el consiguiente aumento de “tiempo-oyentes”, nos dijo con esa amabilidad serena que siempre lo distinguía. Antonio Lauro, además de numerosos valses para guitarra compuso poemas sinfónicos y obras para orquesta, solista y coro. En la década del 50, los años más duros de la dictadura perezjimenista, compuso “Cantaclaro”, basada en la obra de Rómulo Gallegos. Esta pieza para orquesta no se pudo estrenar toda vez que la persecución política, era muy fuerte y Lauro que no ocultaba su posición al régimen fue a parar a la cárcel. Estuvo preso junto con el actual Presidente Jaime Lusinchi y el poeta Rafael Cadenas. Cuando cumplió sesenta años, en un espacio del homenaje que le tributó el Colegio de Abogados le preguntamos ¿qué sentía en ese momento y respondió escuetamente -Es sentir que se ha aportado plenamente a la humanidad una de las más importantes y hermosas disciplinas que el hombre tiene el privilegio de poseer. Este superdotado de la música no era muy extensivo en la respuesta. Gustaba de la brevedad sin dejar de ser sencillo, elegante y claro y de esa forma transcurrió el siguiente diálogo. ¿Cree, Antonio Lauro, haber empleado bien el tiempo? -Estoy satisfecho del tiempo empleado en la música. Naturalmente dándole el justo valor que tiene todo el ser y genio humanos. ¿Cuál ha sido el resultado? -La seguridad de haberlo hecho bien y experimentar la satisfacción de haber sido bien acogido por los demás. ¿Qué deja para sus hijos, para su pueblo natal y para la patria en general? -Solo mi nombre que es producto de un esfuerzo continuo, sincero y hermoso. ¿Ha sido para usted la vida áspera, buena o bella? - La vida con la música no puede ser sino bella. Las incidencias de insensibilidad, egoísmo y reproches son tan livianas que no logran inclinar la balanza. ¿Dónde reside la calidad de su música? -La calidad de la música reside en la propiedad que tiene de llegar al mayor número de personas. Es como una onda que sintonizan los oyentes. No es extraño que hayan quienes no sintonicen con mi música. -Al contrario Maestro, extraño sería que alguien no se pusiera en sintonía con su música. Por algo creo ha subido usted en el sentimiento de la gente. Debe haber algún mensaje? - Sí, naturalmente, sin duda, el concepto estético de la belleza que se traduce en ritmo, equilibrio y espíritu. ´Por qué sólo compone para la Guitarra? .-Estudié muchos instrumentos, todos son bellos y en cada uno se puede encontrar grandeza y despertar emoción; más, la guitarra me subyugó desde el primer momento en que la escuché en manos de Agustín Barrios (Mangoré) y Andrés Segovia, entonces decidí estudiarla encontrando que cada día la aprendía m=s, es decir, me gustaba más. ¿Quien en el mundo de la música conoce tanto la guitarra como usted? -Los laudistas ingleses, y los vihuelistas españoles fueron grandes ejecutantes a la vez que compositores de talla. En nuestro siglo hay muchos buenos compositores para nuestro instrumento gracias a la divulgación que le han dado Andrés Segovia, John Williams, Alirio Díaz y otros. ¿Qué diferencia existe entre la guitarra del siglo XV y la guitarra de nuestros días? -En el siglo XV la guitarra es muy incipiente; sin embargo, ya le dedicaron obras importantes que vienen a culminar con Gaspan Sanza y Roberto de Visse en el siglo XVII. La de nuestros días ha tenido una superación, producto de la técnica que ha logrado mejor y más bello sonido. Los árabes, aparentes inventores de la guitarra, ¿Tienen compositores o ejecutantes tan importantes como occidente? -Los árabes son muy importantes en los orígenes de la guitarra, pero es principalmente el laúd el que asocian más a ellos. No han tenido, conocidos, grandes compositores o ejecutores de ese instrumento. De todas maneras, su música se desarrolla en cánones muy distintos a los de la música occidental. No podríamos juzgar con la lente occidental la obra de una cultura oriental. -¿Qué le faltaría al compositor para ser buen guitarrista y al guitarrista para ser buen compositor? -Estudiar con seriedad y pasión en los dos casos, ] sobre todo, servir para eso. ¿Cómo considera usted al cuatro con respecto a la guitarra? -El cuatro nuestro es una guitarra primitiva posiblemente el “guitarrico” que trajeron los españoles. Cuántas atenciones y honores le ha hecho ia ciudad a su hijo Antonio Lauro? -Mis amigos de Ciudad Bolívar y todas las personas con las que he tenido contacto me han colmado de honores y atenciones como es costumbre en los hijos de esta región. ¿Y qué ha sentido las veces que la ciudad lo ha llenado de atenciones? -Es muy difícil dar una idea en pocas palabras de satisfacción que me embarga y la emoción sincera que siento. Sólo hay que imaginarla. ¿Si el Presidente de la República le diera un día de gobierno que haría a favor de la música? -Es muy difícil hacer eso en un solo día lo que llevaría años, generaciones, para lograr una cultura que nos coloque entre los países civilizados. Si con un decreto que tuviese la propiedad de ser irreversible se podrían establecer algunas bases en su fruto a largo plazo. Por eso no me canso de pedir a las personas que tengan poder o que tengan influencia ia que no aplacen más la acción encaminada a conceder una verdadera importancia a las ciencias y a las artes. El Partenon, el pensamiento de Aristóteles, Descartes, Galileo, Mozart, Leonardo y otros, son os que han quedado y que junto a sus nombres inmortalizaron a Atenas, Florencia y otros, teniendo ellas una imagen más alta que muchas ciudades o estados que, a lo mejor, fueron más poderosos. (AF)

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