jueves, 13 de mayo de 2021

DOCTOR JOSÉ RAFAEL ORTA VÁSQUEZ

Entrevista realizada por Américo Fernández para el diario El Expreso, el 24 de noviembre de 1985 Postgrados ■ trasladados a Cumaná *En vez de Puerto Ordaz, Barcelona ha pasado a ser la extensión natural de la Escuela. *EI Dr. José Rafael Orta Vásquez, jefe del Departamento de Ginecología y Obstetricia, dice que la UDO como institución rectora se maneja con criterios reducidos. La UNEG resulto ser una universidad improvisada, que comenzó dictando cursos de postgrado sin tener siquiera la experiencia académica del pregrado. Es el único caso en el mundo. Viola hasta su propio decreto de creación pues su sede operativa está en Puerto Ordaz y no en Ciudad Bolívar. No ha podido en tres años, como lo prometió LHC, ser aula abierta para centenares de bachilleres que buscan oportunidad de estudio. José Rafael Orta Vásquez es Obstetra pre y postgraduado en Montevideo y en la Universidad de los Andes. Tiene un doctorado en ciencias médicas y empezó hace 21 años en la Escuela de Medicina de esta ciudad como docente instructor, hoy es titular. Un titular que se acerca con resistencia a la jubilación y que vió nacer y crecer la Universidad de Oriente. La Universidad a la cual, junto con su esposa Graciela Isolina Burguezzi Simonetti que es pediatra, ha entregado lo mejor de si desde el Núcleo Bolívar, en el que la región cifró esperanzas, frustradas en el presente año por un proceso de involución. Orta Vásquez, quien alterna el ejercicio-de la medicina y la docencia con el deporte motonáutico, cree como Arturo Uslar Pietri que la gente no debería jubilarse sino por incapacidad física o mental. El hombre mientras sea hábil y capaz no debe rehuirle al trabajo ni alentársele para que lo abandone cuando está en plenas facultades. El, por supuesto, habla con propiedad, pues aborrece la flojera y la molicie, cuando hay tiempo de sobra se va al rio con sus tres hijos y participa en cuanta competencia haya. Sobre el techo de su biblioteca se ven los trofeos, entre ellos, dos internacionales. A veces, fuera de competencia, navega con su lancha hasta el estuario, para ver, a decir de Gallegos, el rio repartiendo como hijos sus caudales hacia-la gran aventura del mar. La identificación de Orta Vásquez con el Orinoco no es sólo por haber nacido en su orilla, allá en Soledad, sino porque como el rio, él también reparte o ayuda en todo caso a repartir hijos hacia la gran aventura de la vida. Es el acto sublime y profundamente humano de la maternidad. Tal vez por eso el gineco-obstetra, en general, además de ser científico, es idealista porque-en cierta ocasión lo expresó Fernando Risquez-comprende lo grande de la capacidad genética de la mujer y la ayuda a parir. En más de dos decenios, cuántos niños han dado primer grito de vida entre sus manos mientras la tensión y el dolor de la madre se tornan de alegría. Bastaría con señalar que en la Sala de Maternidad del Hospital “Ruiz y Páez” nacen anual y exitosamente 6.000 niños, muchos de los cuales parteados por nuestro entrevistado. La estadística de mortalidad es relativamente baja. En el presente año se reduce a cinco y se debe a que el Departamento de Ginecología y Obstetricia trabajan médicos de primera línea, profesionales de prestigio nacional que pueden cumplir no obstante las condiciones físicas y ambientales que conspiran contra la labor de estos profesionales. La Sala de Partos funciona provisionalmente desde hace seis años donde antes estaba el Banco de Sangre y en ese espacio estrecho a veces se ven entre parturientas, bebés personal asistencial, más de setenta personas. Este hacinamiento rayano en lo promiscuo origina marcados índices de morbilidad que le cuesta estancia, espacio, tiempo y dinero al hospital. El Departamento -explica Orta Vásquez- está actualmente en conflicto con la administración porque “ya vamos para seis años y no se termina la remodelación de la sala de partos”. La tarea de ayudar a parir es por esa circunstancia más difícil, pero, por lo menos, la densa experiencia de los gineco-obstetras evita que mueran los bebés o las parturientas. Algo parecido habrá que decir de la Escuela de Medicina o del Núclo Bolívar de la UDO en general. Aquí existe toda una competencia profesional que no puede realizarse plenamente porque la UDO como institución rectora, se maneja con criterios reducidos. La capacidad de las edificaciones del Núcleo de Cumaná, por ejemplo, se ha obtenido a un costo de 500 millones de bolívares, mientras que la del Núcleo Bolívar depende de una suerte de instalaciones viejas que han sido donadas de una u otra manera por algún organismo. La UDO se vuelve un monstruo en Cumaná mientras en los demás estados aún se aguarda la conversión de los núcleos en universidades pequeñas, pero administrativa y académicamente autónomas. Durante veinte años hemos alimentado la ilusión de que el Estado Bolívar tuviese su propia universidad. El proyecto original de la UDO debía en los primeros 25 años transformar cada núcleo en universidad. Se hablaba de que cada universidad llevara según la entidad federal, el nombre epónimo de sus héroes: Universidad Sucre, Universidad Anzoátegui, Universidad Monagas, Universidad Mariño y Universidad Piar y todas integradas bajo una confederación”. ¿Y qué ha pasado? Que hoy en día nos sentimos defraudados. ¿No hay posibilidad? La UDO actualmente no está en capacidad. No lo hizo cuando estaban dadas las condiciones, menos lo hará ahora cuando la situación es más difícil y la comunidad pasivamente permite que le debiliten el Núcleo porque incluso los Postgrados de la Escuela de Medicina han sido trasladados a Cumaná donde ni siquiera existe enseñanza de pregrado ni profesores de postgrado. Antes, la extensión natural de la Escuela de Medicina que es y sigue siendo Puerto Ordaz fue trasladada a Barcelona. ¿Por qué siendo el doctor Gil San Juan vicerrector de la UDO, formado y jerarquizado desde la Escuda de Medicina ha permitido esto? La extensión de la Escuela de Medicina a Barcelona y a Puerto Ordaz es responsabilidad del Rector Sánchez Medina. Gil San Juan era para entonces director de la Escuela de Medicina. Fuimos nosotros los únicos que levantamos la voz Por eso digo que la Escuela de Medicina está involucionando, está perdiendo sus banderas. Y en el caso de los postgrados de obstetricia y medicina trasladados a Cumaná recientemente ¿por qué no se protestó públicamente o simplemente lo rechazan de plano? Esa respuesta tendría que darla el decano, el director de la Escuela y el director de los Cursos de Postgrado. El traslado lo avaló el Consejo de Escuela por mayoría contra la opinión unánime del Departamento de Obstetricia y Ginecología. Usted habla de involución, sin embargo el decano del Núcleo acaba de anunciar como realidad pronta la Escuela de Enfermería y de Bioanálisis? Hace diez años que hablamos de eso, de las escuelas que conformarían la unidad de ciencias de la salud y ya ves, en vez de crecer disminuimos. ¿Qué debemos hacer? La única solución es que Guayana tenga su Universidad propia, independiente y total. ¿Y acaso no tenemos la Universidad de Guayana? La UNEG no es realmente el reflejo de la promesa electoral que Luis Herrera Campíns le hizo a Guayana. Ella ha resultado una Universidad improvisada que comenzó dictando cursos de post grado sin tener siquiera la experiencia académica del pre grado. Es el único caso en el mundo. Viola hasta su propio decreto de creación, pues su sede principal está en Puerto Ordaz y no en Ciudad Bolívar. No ha podido en tres años como prometió LHC ser aula abierta para centenares de bachilleres que buscan oportunidades de estudio. Cómo va a poder si la OPSU ni el CNU aprueban los programas? Por algo será. Seguramente no estarán bien diseñados o no se ajustan a la realidad regional. Tampoco tiene presupuesto suficiente, está económicamente bloqueada. Por lo menos es lo que ha dicho su Rector ¿no? Orta Vásquez saca de la gaveta de su escritorio un informe sobre la UNEG que él hizo para el gobierno a solicitud de la ex-ministro de educación, Ruth Lerner de Almea. Quiso que solamente tomara nota de las recomendaciones principales del Informe, no así de otras consideraciones relativas a la forma como la UNEG invierte su presupuesto. El informe dice que el subsistema regional Guayana es de tal importancia que debería ser considerado por el Gobierno Nacional como problema prioritario. Que el subsistema deberá contar con la participación de la CVG y las empresas del estado en los programas de desarrollo humano para la región y formación del personal para las empresas regionales. Que el Gobierno nacional debe designar una comisión organizadora en Ciudad Bolívar para que en plazo prudencial pero perentorio presente al Ejecutivo Nacional un modelo universitario que satisfaga las aspiraciones de la región y del desarrollo de los recursos humanos, acorde a las expectativas del futuro. Que el Gobierno Nacional debe convocar a la UDO, institución con estudios suficientes, capacidad y dilatada experiencia en la educación superior en la región, para integrar la Comisión antes propuesta toda vez que la UDO cuenta con los recursos técnicos y humanos necesarios para participar de manera decisiva en la creación de un modelo universitario de acuerdo con las necesidades de la región y que entre sus objetivos este que esta Comisión contribuya a crear otras universidades en el Oriente y Sur del país para lograr el sistema de confederación de universidades de Oriente. Que el Gobierno Nacional, con toda la responsabilidad que le caracteriza, debe de una vez y para siempre crear la Universidad plena que el Estado Bolívar demanda y que bien pudiera llamarse “Universidad Nacional Experimental del Orinoco” (UNEO). Por lo visto su Informe no fue acogido. El Presidente, de la República designó una Comisión para el asunto universitario, muy distinta ¿no es así? Exactamente. De todas maneras, ¿no cree que la fusión de la UNEG con el IUPEG que propone la Comisión Presidencial persigue lo que usted propone en su informe? No creo que sea el camino adecuado. Una simple fusión de dos instituciones no va a dar lugar a la Universidad que regionalmente se aspira y se requiere. Ensamblar todo cuanto existe en una nueva concepción universitaria sería lo aconsejable. Si Guayana ha sido tradicionalmente un baluarte adeco y AD ha estado en el Poder seis veces, con un Presidente de la República guayanés incluso ¿cómo es que no tiene su Universidad propia? Es cierto, no tenemos universidad propia sino una Educación Superior Dependiente de otras universidades del país. Un caldo morado donde todo el mundo mete la mano. Yo creo que los guayaneses hemos sido extraordinariamente pasivos, especialmente porque los líderes culturales nuestros están todos ubicados en Caracas. Se dice que a los andinos los envían desde chiquitos a Caracas. Con los guayaneses ocurre lo mismo. ¿Quiere decir entonces que no tenemos universidad propia porque quienes han dirigido la educación superior en Guayana son gente de fuera? Es gente que le ha dado mucho a la región, sin duda pero la región tiene que dolerle diferente a los que nacieron y viven aquí desde la infancia. Del Núcleo Bolívar de la UDO han salido Director, Vicerrectores, Secretarios y a toda esa gente que han sido profesores acá en las diferentes épocas de la UDO les ocurre un fenómeno muy curioso, apenas son electos para irse a Cumaná, lo primero que hacen es vender la casa, cruzan el Orinoco y se acabaron los nexos con el Núcleo Bolívar. No hay uno solo que conserve la casa que tenían en esta ciudad. Se fueron y nunca más volvieron. El doctor José Rafael Orta se emociona cuando habla de estas cosas, le duele decirlas, especialmente cuando tiene que referirse a su propia universidad, la que considera es más de Cumaná que de otra parte. El Núcleo Bolívar está, expresa, a años luz de Cumaná, por eso el sistema universitario no funciona en esta región. Las grandes realizaciones de la UDO se han registrado en Cumaná. De Cumaná se puede hablar de antes y después de la UDO; en cambio, en Bolívar no se ha hecho sentir. La Universidad aparece en la prensa bolivarense cuando los estudiantes presionan con una huelga para que le faciliten cupo, entonces es cuando la UDO en nuestra ciudad pasa a ser noticia porque del resto no lo es. Orta Vásquez no quiere hablar más, es domingo y afuera aguarda una lancha sobre un tráiler. Es día de navegar hasta Bernabela o Angosturita, donde el rio intenta otra estrechura como la que ahora represa la aspiración guayanesa por una universidad, a la medida de su estirpe intelectual, de su historia y de su significación económica e industrial.

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