domingo, 10 de enero de 2021

ESTAFA COMPUTARIZADA

(Reportaje especial para la revista “Tribuna” dirigida por Eleazar Díaz Rangel. 4 de marzo de 1997 Tribuna de actualidad De Guayana viene el nuevo dorado Estafa computarizada La famosa pirámide que hizo estragos en los bolsillos de los venezolanos, regresa con nuevo look: el Super Tres, un sistema matemático computarizado que ofrece a los incautos 17 millones de bolívares sin invertir ni un centavo. La trampa viene armada desde Ciudad Bolívar, ciudad donde opera la empresa Service Control que promete beneficiar con sus jugosas ganancias a los hospitales del país y a la fundación Almenar Otero. Funciona desde una oficina humilde y la tercera parte del dinero que los participantes de le extensa red deposita queda en la cuenta bancaria de Giampaolo Coppari, el dueño y cerebro de la empresa. ■ AMERICO FERNANDEZ (Especial desde Ciudad Bolívar) Aunque El Dorado de los conquistadores terminó siendo realidad, a veces a flor de tierra, y otras, entre oscuras y húmedas galerías subterráneas que requieren de mucha ciencia y esfuerzo Y el espíritu azaroso de la aventura se ha inventado, gracias a los vivos, otro Dorado, un tanto enigmático como lo fue el primero en sus comienzos, por la forma como se acomoda para protegerse, mientras atrae como señuelo a quienes como en un juego de envite y azar lo arriesgan todo tratando de hacerse ricos de un día para otro. Ahora, el otro Dorado de la Guayana opera en forma de banca paralela connotada con los nombres de “Centrífuga” o “Pirámide”; de todas maneras, hacia abajo o hacia arriba, siempre llega a un punto culmine que termina en la incertidumbre de un caos. Como que es muy cuesta arriba para mucha gente cederá a la tentación del riesgo coronado por el aura de la fortuna. Al fin y al cabo el juego de azar lo es, cualquiera sea la forma como se presente: como señuelo oculto en lo recóndito de la selva, en las ligeras patas de un caballo o de un galgo, en los lunares de unos dados, en los símbolos de unas barajas, en los cartones de una lotería, en la rueda giratoria de una ruleta, en la liviandad cautiva de las níveas bolitas televisadas que pugnan por la suerte numerada o en la rotación de una centrífuga semejante a la que otrora nos montaran con “Gumis” y ahora virtualmente con el “service Central”,, ambas con la particularidad legal de Compañía Anónima, donde los accionistas pueden fraudulentamente cultivar o inventar la quiebra como lo hicieron Orlando Castro y otros con importantes establecimientos bancarios. UNA BANCA PARALELA Esta banca paralela llamada "Gumis” que, en vez de 3 y hasta 5 por ciento mensual como llegaron a pagar en tasa pasiva los bancos nacionales durante el segundo período de CAP, ofrecía el 20 por ciento y, obviamente, muy pocos se resistieron a la tentación de este juego, acaso más atractivo que el Loto Quitz, el Kino y el Supercuatro. “Gumis” fue registrada como Compañía Anónima, en 1974, en Puerto Ordaz, donde inició operación con personas de elevado nivel económico y, posteriormente girando, como centrífuga al absorber gente de todos los estratos sociales del Sur, del Oriente y finalmente de otros sectores del resto del país. Las personas fueron cayendo ni siquiera incautamente sino como quien arriesga dinero sin importarle cuánto en un juego de envite y azar. Manuel Mendoza Ancheta es la persona responsable de ese novedoso negocio en el que participaban centenares de corredores y millares de familia que pretendían hacerse ricos de la noche a la mañana colocando sus ahorros o el producto de la venta o hipoteca de sus bienes, para devengar intereses del 20 por ciento mensual, muy por encima del 3 por ciento ofrecido por la banca a nivel nacional. Sin embargo, era evidente que Manuel Mendoza Ancheta no estaba solo. Había otros accionistas más importantes: Luigi Coppola Di Perna y Pier Gaetano Mazzini, los verdaderos autores, fundadores de la compañía, con un capital inicial, luego doblado, de 100 millones de bolívares. Mendoza Ancheta era algo así como el Gerente General de esa banca paralela y su tarea consistía en gerenciar y captar corredores que llegaron a sumar 1.300, pero, Mendoza, nativo de Buena Vista, estado Anzoátegui, 55 años, casado, resulta, finalmente, traicionado por la mayoría de los corredores que se alzan con el dinero de las inversiones. Los Corredores llegaron, incluso, a falsificar su firma en millares de letras entregadas a los clientes como comprobante de sus colocaciones. LA GRA ESTAFA Pero he aquí que después de veinte años con su especie de Centrífuga que venía girando con tanta fuerza, se sale por la tangente y cae por denuncias persistentes en los medios de comunicación social, de políticos como Manuel Alfredo Rodríguez, de la propia banca debidamente establecida y la intervención, aunque a última hora, de la Superintendencia de Bancos, a través de los organismos policiales. A raíz de ello, Manuel Mendoza fue detenido en Caracas. Posteriormente liberado y comprometido a devolver el valor de las letras que servían de respaldo a los clientes inversionistas. Cuando llegó a Puerto Ordaz, Mendoza fue objeto de un caluroso recibimiento y procedió a cumplir su compromiso, sólo que no pudo porque los Corre-dores se alzaron con el dinero, salvo contadas excepciones como Manuel Escobar, que lo devolvió y luego acudió al Tribunal Tercero Penal, a cargo de la Juez Servanda Páez para formular la denuncia. Ante esta situación, Mendoza tomó las de Villadiego, pero antes demandó con éxito del Banco Central de Venezuela, 7 mil millones de bolívares que le tenían incautados y se fue a Suiza, donde goza de buena vida, olvidándose hasta de su esposa, Ingrid Flores, quien fue sorprendida y detenida cuando intentó hacer efectivo un cheque por siete millones de bolívares, igualmente su doméstica a cuyo nombre se hallaban 20 millones más. La desaparición de Manuel Mendoza provocó la indignación de los agraviados que otrora lo adoraron como ángel caído del cielo, que rezaron y ofrecieron misas cuando se hallaba en aprietos policiales, que le entregaron placas y escribieron en su defensa por la prensa. Entonces se organizaron, manifestaron masivamente con afiches y pancartas frente a la propia PTJ e incoaron con sus apoderados juicio ante el Tribunal Tercero Penal. Ejecutivamente este Tribunal dictó autos de detención contra los dos jefes grandes de “Gumis”, Pier Gaetano Mazzini y Luigi Coppola, así como contra los Corredores, pero, ejecutivamente y ante una apelación, los indiciados fueron liberados por un Tribunal Superior / liberados se quedaron hasta la actualidad, cuando de nuevo se evidencia en la calle el renacimiento de otro aparato, aunque mucho más soterrado, pero siempre mimetizado con el nombre de sociedad mercantil, semejante al Gumis, con el cual unos cuantos se enriquecieron, pero rieron muchos más los que al final quedaron en la ruina. LA PIRÁMIDE 97 La nueva cadena cuyo eslabón mayor, como la anterior, es un italiano bautizado con el nombre de jiampaolo Coppari, opera desde del año pasado con el nombre de “Service Control, C.A.”, con esta fachada de protección: prestación de servicios computarizados, implementación de programas, organización de empresas, la Testación de sistemas matemáticos computarizados, sistematización de programas varios y todo lo relacionado con la prestación computarizada, y actividad de lícito comercio. La compañía, con duración de veinte años, se abrió con 4 millones de bolívares equivalentes a 4.000 acciones nominativas de un mil bolívares cada una y como únicos socios el italiano Giampaolo Camppari y la venezolana Eglimar del Carmen Pulido, con 100 acciones. Esta última se separó de la empresa a los cuatro meses de fundada y cedió sus acciones al socio mayor. Service Control tiene una oficina en el Centro Comercial Angostura, con un rótulo apenas visible en la puerta, sin más mobiliario ni equipos de oficina que la mesita para una joven recepcionista que ha sido adiestrada para tener contacto con sólo los participantes debidamente identificados. La oficina central se supone que está en otra dirección de la que sólo saben quienes están muy vinculados a este enrevesado negocio que al parecer funciona con un mecanismo distinto al de la banca paralela, pero que a la postre los resultados vienen siendo los mismos, óptimos para quienes logran buenas posiciones en la cadena rotatoria y malos para quienes tengan que sufrir inevitablemente algún día y por cualquier circunstancia, una ruptura luego de haber aportado las sumas de dinero exigidas para poder ingresar como eslabón de la cadena sin fin. CÓMO OPERA? Según los promotores, obtener los beneficios del Super Tres es sencillo: Compre el Certificado de Participación por Bs. 8.000 Deposite en efectivo otros Bs. 8000 en la cuenta bancaria del participante que se encuentra en primer lugar en la lista que viene impresa en el certificado que compró. Deposite otros Bs. 7.500 en efectivo a nombre de Service Control y exija al banco copia del comprobante de depósito. (Vale decir, que todos los interesa¬dos le depositan ese dinero a la empresa como requsito para entrar en la cadena). Envié a Service Control un sobre cerrado con sus datos personales y los recibos originales de los depósitos. Una vez que la empresa recibe el sobre, verifica los pagos efectuados y le envía a este nuevo participante tres nuevos certificados Super Tres donde ya aparece su nombre en la casilla número 7. El participante a su vez deberá vender estos tres certificados para recuperar la inversión inicial y lograr que, mientras más se amplíe la cadena, más rápido llega al primer lugar, cuando supuestamente recibirá 17 millones de bolívares, producto de los depósitos de otras 2.187 personas involucradas en cada transacción. OJO: Lo único cierto es que el interesado trabaja para, quizás, lograr al primer lugar pero, con toda certeza, para enriquecer a la empresa Service Control . Usted decide.

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